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viernes, 23 de noviembre de 2018

Misara

La lluvia bailaba descalza, por verla, el demonio vendía su capa de fuego.
El agua no entiende de cielos, el rojo no piensa en el hielo.
El humo de un beso cabalga el dragón de la brisa.
Húmeda sonrisa, corazón henchido.
Porque la magia es verdad.