Pero si es que no ganamos para disgustos con las operadoras de telefonía y de internet. Me mandan una carta los de VODAFONE, mu panchos ellos:
«oye (ni de usté ni na de na), señorita (oh, mon dieu!), que le subimos la tarifa…, porque nos da la gana y nos lo sacamos del forro, pero como somos divinos de la muerte le vamos a ampliar la tarifa vitamina de 60 minutos a 90, ea, por mis santos cogollos».
A lo que yo contesto: «no gracias, mi religión me prohíbe aceptar modificaciones unilaterales de empresas timadoras, el pan con tocino radioactivo y abortar».
Y ellos replican: «es que el cambio no es voluntario y se hace por un beneficio para ti».
Y moi contesta: «anda mira, lo mismo decía la Santa Inquisición. Pues gracias, ¡eh!, pero no gracias. Si su entidad sigue adelante con el cambio de contrato entenderé que rescinde el mismo».
Y: «grrrr, mala mujer, te penalizaremos porque tienes un móvil con descuento en el contrato».
Respuesta de la mala mujer: «eso lo sé yo y lo sabía VODAFONE antes de decidir por mí. Además en la carta que me ha enviado VODAFONE pone claramente que “si no estoy de acuerdo con las nuevas condiciones podré resolver el contrato sin penalización”, sin excepciones».
VODAFONE para rematar «pues no».
Y colorín colorado, el atajo de timadores de VODAFONE me la ha colado (otra vez).
Mmm, o no, tendréis noticias mías, marditos roedores.
Que no caiga en saco roto que en España se paga más del doble por estos servicios que en el resto de Europa, incluyendo internet, amén de la proporción de los sueldos con Francia o Alemania, por ejemplo.
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