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viernes, 27 de septiembre de 2019

Crear y destruir

War Margo escribió que existen dos clases de personas, las que crean y las que destruyen.
Las que crean son aquellas que siempre dicen sí, todo les parece bien, ven oportunidades en cualquier sitio, son originales, ven la vida de color de rosa, los generosos, evitan que los inconvenientes se conviertan en problemas, se les da bien algún arte, los que se mojan,
los que ofrecen, los que tienen sentido del humor, aman en cantidad y calidad, los que se agobian porque en todos lados ven opciones, los que comparten su tiempo, los que disfrutan profundamente de la música y entienden la vida con objetividad a pesar de las normas, los se preocupan más de ser que de integrarse.
Los destructores son los que imitan, los que siempre tienen un no, los que trabajan para encontrar trabas legales, los que se esfuerzan en justificar y no en conseguir, los que cortan en vez de arreglar, los que tiran en vez de reciclar, los que manipulan la realidad, los subjetivos, los que se ofenden con todo, los que tergiversan la verdad, los egoístas y egocéntricos, los que necesitan, los que piensan mal, los que son desconfiados, los que dicen sí pero es no, los que guardan la ropa cuando nadan, los que solo saben copiar.
Y, lamentablemente, los creadores son menos. Por eso, cuando encuentres una persona creadora, cuídala; y si no, déjala libre y en paz. Aunque seas de los segundos.

sábado, 21 de septiembre de 2019

For my little creatures

Tras un año duro, me quedo con la superación de Estrella, con la valentía de Valle, con la sonrisa de Ángela, con la experiencia de Lola, con las aventuras de Sara, con la timidez de Ana, con mis chicos todos, ¿y mis Cristinas, Albas, Marías, Lauras, Alicias, Rocíos...? ¿Y mi Jenni y Cía?
Sois tantos que no cabéis en esta humilde entrada, gracias por los mensajes de apoyo, por los correos de ánimo, por vuestra generosidad y comprensión, por quedar conmigo, por vuestros abrazos, por aguantar a esta profe que os quiere de verdad. GRACIAS.
Os llevaré siempre en el corazón.

jueves, 28 de marzo de 2019

La mediocridad del miedo

No tener una conversación por miedo a la sinceridad, no pedir favores por miedo a tener que devolverlos, nunca jugar con fuego por miedo a quemarte, no bailar por no saber si lo haces bien, no cantar por miedo al qué dirán, no usar las cosas para no romperlas, no entregarte en tu relación para que no te hagan daño, no estar con quien te apetece porque no está a tu altura, no tirarte al barro porque mancha, no perdonar para no ceder, no viajar lejos para no tener que planificar, engañarte a ti misma para no tener que tomar decisiones, no hacer lo que realmente te apetece porque alguien te lo prohíbe, conformarte para no tener que arriesgar, permanecer con alguien que no te satisface plenamente porque es bueno para ti, o para esa persona...

La vida duele, imbécil. ¿Qué vas a dejar para cuando te mueras? No se trata de perder la cordura, no se trata de ser egoísta, se trata de vivir honestamente. VIVIR.

Arrastra la vida por el fango, pégale fuego al corazón con quien de verdad despierte tu chispa, da y pide hasta la agonía, chancletéate el mundo hasta sin zapatos, suelta lo que ya no sea útil, agarra lo que te haga sentir tú misma, abraza hasta partirle la cara a la vergüenza, no dejes de buscar hasta que realmente encuentres, haz valer tus diferencias mezclándote con quien piensas el opuesto, revienta el sistema si hace falta, ama hasta el empalago, haz de tu trabajo tu obsesión, quédate con quien te haga reír, huye de quien te limita, persigue a quien ocupe tus pensamientos, deja ir lo que debe ser libre...

La honestidad no consiste en no hacer daño sino en no engañar, pero, sobre todo, no engañarse. Porque no es lo mismo comer que saborear, vive, ñoyá. Vida. Una. Que cuando te llegue la hora y la tengas que entregar, esté inservible.

lunes, 21 de enero de 2019

Me llega correo desde Amazon recordándome que ciertos individuos todavía regalan para los Reyes Venus al alba, gracias, siempre. Suertuda.