FB

viernes, 31 de julio de 2015

Entre peligros anda el juego

Morenilla zalamera. Photo by Elenita
Una vez tuve un sueño. Que volaba dentro del mar, esto es en la realidad pelín más despierta: que buceaba, o nadaba en plan pececillo Dory, por lo empanety mirusté (véase Buscando a Nemo).
También he soñado que volaba, supongo que como todo el mundo (véase Inside Out). La cuestión es no saber describir la sensación de libertad mezclada con el miedo a lo desconocido. Pos sus lo pongo en fotos.

Así, lo más parecido esya que estamos y podemos meterse en un traje very fashion très jolie (o cuatro) de neopreno, aletiñas y gafiñas y hacer como el que snorkea pero engañando, uséase con bombonas de oxígeno, por aquello de que respirando y a la vida dando es mejor que la apnea como de aquí a Lima (huy, deso también tengo que contar yo un par de cosillas).
Bicharraco eléctrico 500 voltios
Sin Endiñar a Endesa tome usté. Photo by Elenita



No, no es lo que parece (¿qué te parece?), aunque daría el mismo sustito encontrarse un chirimbolo de semejante tamaño, te imagines lo que te imagines que es.

Las aguas esconden secretos que dan calambrazos eléctricos aunque no los toques (los secretos, se entiende). Y es que una anguila eléctrica te puede hacer cosquillas aunque ni te roce por la evidente capacidad del agua de conducir la electricidad. Menuda gracia de bicho feo.

Asiné, Rou (compañera maligna que tuvo a bien jubilarse y dejarme huerfanita de amor compañeril de despacho).

Para colmo, si el Chispas este no te parecía suficiente, te puedes dar de bruces con un compi peliculero (Jaws del friki de Spielberg, que todo te lo tengo que explicar) muy de sueños peladillas.
Entre tiburones. Photo by Elenita


¿Cómo? ¿Que yo lo flipo? Cómo me conoces, bandía. Niiiiiii loca, amarrá, borracha o delirius tremendosa me meto yo con una sanguijuela chispera como esa, tan fea como un nurcio mandubrial (no lo busques en la RAE o er National Geographic que no lo vas a encontrar). Dayá...

Lo soñé poco después de estar en uno desos acuarios grandes en los que te clavan por una entrada, en pos del IVA cultural, clarostá. Las fotos son mías, las ganas también (con un tiburón desos lo mismo sí me meto, sosí, vestida de Michelín y con un trabuco acuático al que Gozilla le hubiera expresado previamente sus respetos por escrito y compulsado 5 veces ante la ANECA).

Más difícil veo yo lo de la inmersión respirando por un tubo como mucho flipar que lo de ver un bicho que tiene pintas de boquerón grande a la plancha (medía un metro, chispa nurcial arriba, chispa mandubrial abajo) tampoco me da excesivo yuyu (vacunada me tienen con los impuestos indirectos esta Hacienda mía, esta Hacienda nuestraaaaa...).

Ehhh, que ya estamos faltando, ni naif ni empana ni viviendo en las nubes ni soñando despierta. Ea. Así, abreviando y poniendo de lo propio en lo ajeno, cuando estoy despierta lo estoy más que el resto, que decía Unamuno. Jum.