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viernes, 17 de febrero de 2017

Mark Ryden, La cámara de las Maravillas

Queen Bee, Mark Ryden, CAC
Es extraño llevarte a tu pollito de seis años a ver una exposición de arte, sabiendo que es culinquieto, donde te puedes encontrar de protagonista a un buen chuletón, acompañado de vísceras o jamones, tanto como la mirada aparentemente inocente de una niña ¿o quizás muñeca? No es muy de su estilo: piratas, volcanes o caracoles...
Yoshi, Mark Ryden, CAC
La cuestión es que mi niño flipó.
La muestra, de 55 obras, tiene un sheriff sin pistola, Fernando Francés, y unas definiciones muy coolturales. Surrealismo pop, oscura nostalgia, complejos elementos psíquicos que se esconden bajo la superficie de clichés culturales... Pues es verdad, toíta la verdad.
Dodecahedron, Mark Ryden
Desde el primer momento, no sé si por la sugestión de saber dónde iba y a qué, el ambiente que se respira es casi mágico. Sus pinturas (y esculturas) retratan la realidad desde una perspectiva onírica, casi gótica.
A Gabriel, pollito, le pareció una colección de cuadros raros de muñecas bonitas y paisajes raros. Lo de las vísceras y la obsesión por el "tío de las barbas (A. Lincoln)" ya no le hizo tanta gracia.
Aurora, Mark Ryden, CAC
Pero si hay algo que me llama la atención es la elección de los marcos de estos lienzos. Son exquisitas tallas, en algunos casos rocambolescas, rococó y horror vacui, pero forman parte de la idiosincrasia de todas y cada una de las obras. La sensación que se obtiene es que han sido diseñadas y elegidas cuidadosamente como una extensión natural del cuadro.


El CAC es uno de los platos fuertes culturales de Málaga. Y, además, es gratis (sí, sí, de verdad, no es broma, ni IVAS ni VENÍAS). Chapó. Al César lo que es del César.